RELATOS

UNA HISTORIA LLENA DE ACERTIJOS ¿NECESITAS LEERLA OTRA VEZ?
Por Andrea Nicolás Ruiz (2º ESO D)
Podría escribir mil páginas y más para explicar y contar una
sola historia de todas las que se me ocurren ahora mismo, pero como es un
relato corto, intentaré que la historia que cuente también lo sea.
Supongo que os preguntaréis quién o qué soy. O a lo mejor no
os importa quién sea o lo que sea, no lo sé. Os preguntéis lo que os preguntéis
y os importe lo que os importe, voy a contar lo que yo considere, así que
sigamos.
¿Por dónde iba? ¡Ah sí! ¿Qué o quién soy? Sinceramente, nunca
me ha gustado revelar mi verdadera identidad y puede que no lo haga. Tendréis
que quedaros para averiguarlo.
Bueno… ¿Qué os voy a contar…? ¿Una historia que tenga
aventuras, ciencia ficción, fantasía, romance, amistad…? ¿ACERTIJOS? ¿Por qué
no todo junto? Siempre me ha costado decidir. ¿Por qué elegir una cosa pudiendo
elegirlo todo? Pues comencemos con la historia:
<< Érase una vez – sé que es un poco clásico – un
“Metagolisco Rasatuven” muy feliz. Vivía en su lapicero favorito de la estantería y le gustaba
mucho pintarse la cara, sobre todo de verde, lila y azul, los colores que menos
le gustaban. – Y diréis ¿Los colores que “menos” le gustaban? Pues sí, porque
todo el mundo sabe que a los “Metagoliscos Rasatuven” les encanta lo que odian.
Bueno, más que todo el mundo, solo lo saben dos tipos de seres: los
“anfatisianos”, los seres que habitan en “Anfatisa”; y los “anfatistas”, los
que creen en “Anfatisa” pero no habitan en ella. – Este ser vivía en este
lugar, una nación fantasiosa que una vez una niña se inventó y que desde
entonces se halla en la mente de aquellos que creen en ella. “Anfatisa” era un
sitio mágico, pero limitado a mentes abiertas e imaginativas, como lo era la de
Elena. Lástima que yo no pudiese llegar a “verlo” con mis propios ojos. Siempre
pensé que mi mente era imaginativa y abierta, pero al parecer aquel mundo se
resistía a mi persona.
En fin, volviendo al tema, el “Metagolisco Rasatuven” del
que estamos hablando era impredeciblemente predecible, ya que hacía cosas que
te esperabas que hiciese, de manera imposible de predecir. Por ejemplo, si
veías que se acercaba a ti, suponías que te iba a hablar, pero a lo mejor te
hablaba haciendo el “olmo”, en el idioma “manocer” y super contento; que lo
mismo te salía bailando una “k”, super depre y hablando en el idioma “canicie
nicófic”.
Cierto es que los “Metagoliscos Rasatuven” eran criaturas
super “chalis”. – Una expresión típica de “Anfatisa” que quería decir chachi y
chuli. – Pero este en concreto, lo era aún más. Él era especial porque era el
que Elena se había inventado. Era su “Metagolisco Rasatuven” particular y ella
le había dado forma, voz, personalidad… Quitando las características comunes
que hacen a un “Metagolisco Rasatuven” ser uno. Todo lo demás se lo había
inventado ella. Elena le había creado y como buena creadora le puso un nombre
acorde con la personalidad que ella se había inventado para él, con lo que
decidió llamarle Zoriontsu.
Zoriontsu era, aunque como ya he dicho antes
impredeciblemente predecible – lo cual lo hacía ser muy divertido y que cada
minuto con él fuese una aventura – también era muy simpático y sobre todo,
FELIZ.
Le gustaba inventarse canciones y las iba cantando por todos
lados, a todas horas. Elena pensaba que eran muy buenas y que algún día
Zoriontsu triunfaría como cantante.
“Noche en el lapicero”, “La octava balda”, “Mi mejor amigo el
rotulador”, … Son títulos de canciones que Zoriontsu había escrito. A Elena le
encantaban las letras, eran divertidas y bonitas, y eso era lo que más le
gustaba en el mundo, las cosas divertidas y las cosas bonitas.
Es triste que explique tan bien esta historia ya que no
recuerdo haber llegado nunca a ver “Anfatisa” . Era Elena la que me contaba
todas sus aventuras con Zoriontsu en los reinos que se divide este mundo
fantástico, los cuales eran tres: “Manocer”, “Canicie Nicófic” y la preferida
de Elena, “Simtad”.
Yo tenía muchas ganas de vivir aventuras con ella y con
Zoriontsu; sin embargo, siempre me quedaba en el mundo real y aunque nunca
consiguiese cumplir mi deseo, escuchaba con mucha atención cómo Elena me
contaba lo que les había sucedido. Por eso soy capaz de explicar esta historia
tan bien.
Parece que ha llegado la hora de revelar mi identidad. ¡Qué
no! Jajaja, todavía no. Aún queda un poquito
de historia.
Ya sé que es suponer demasiado, pero… Supongo que os
sorprenderá que os diga que solo queda un poquito
de historia, cuando al principio os he dicho que esta iba a tener aventuras,
ciencia ficción, romance, fantasía, amistad… Y por encima de todo acertijos. Y
es que, si os habéis fijado bien, lo he incluido todo. Aventuras se encuentra
en “Rasatuven”; en “Canicie Nicófic”, ciencia ficción; en “Manocer”, romance;
en “Simtad”, amistad; en “Anfatisa”, fantasía; y los acertijos están presentes
en casi toda la historia.>>
Bueno, ese era el
poquito de historia que quedaba, así que ahora toca desvelar mi identidad. Como
me gustan tanto los acertijos, tengo una idea. Tendréis que averiguar quién
soy, con solo las pistas que os dejo a continuación:
“Señor sol da calor, don Olivo,
olivas,
el Yelmo nos tapa la cara,
mas la Luna la noche nos ilumina.
Acertijos y más Acertijos,
aunque Buenos son,
Un poco Específicos.
Lleva cuidado con los
Acertijos.
Donde Empieza todo
El principio bien aLto Es,
mas No lo que sigue
Acertado debe ser.
las mayúsculas,
la clave son,
únelas,
no pierdas atención.”
Por
Izaskun Del Río´.
- -¡Zoriontsu! ¡Suelta eso!
- - Joo, pero mamá, lo estaba leyendo.
- -No hay peros que valgan, dámelo.
-La
mujer empieza a leerlo y dice:
- -Pero… Si esto es…
- -Sí, de la bisabuela.
La
madre comienza a leer la historia y murmura:
- -Oh dios mío… - dice con lágrimas en los ojos.
- -Mamá, ¿qué te pasa?
- -Nada hijo, es que me han venido a la mente
muchos recuerdos de golpe. Ve con tu padre, ahora bajo.
Ella permanece en el
desván y vuelve a leer la historia. Luego dice entre pequeñas risas
nostálgicas:
- -¡Cómo te gustaban los acertijos eh abuela!
A
continuación, lee por última vez la historia y, mirando hacia la ventana donde
solía contarle sus aventuras con Zoriontsu, susurra esperando que la oiga:
- -Qué triste que te fueras sin recordar que tú
fuiste la creadora de ese maravilloso mundo al que siempre soñaste con ir.
Título de la historia: EL
ALZHEIMER DE IZASKUN
FIN
FIN
f
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