Ainhoa, 2º ESO A
Este verano tuve la suerte de descubrir una de las
playas más bonitas que he visto en Murcia. Hablo de la playa El Lastre, en Portman.
Al llegar a esta playa lo primero que llamó mi
atención fue el color negro de la arena, el cual hace que a nadie se le ocurra
pisarla sin zapatos. Siguiendo el camino por la arena llegué al mar, donde pude observar
gran cantidad de peces de todos los tamaños nadar bajo el agua, la cual, debido
a su transparencia, me permitía admirar todo lo que ocultaba su fondo.
Me llamó
la atención que en el suelo del mar no hubiese ni rastro de algas, algo que me
alivió ya que no me gusta nada. Cuando me sumergí en el agua pude ver, a unos
10 metros, un arrecife de coral, donde estaban concentrados la mayoría
de los peces.
Después de un largo tiempo salí del agua y me dirigí
por un sendero de rocas en cuesta, el cual conducía al mirador de la playa. Una
vez allí pude contemplar todo el mar color azul turquesa, una lancha y un faro color blanco. El agua tenía un
mínimo movimiento que no producía olas. Los rayos del sol se reflejaban en el
agua y se podía apreciar cómo, a través de una montaña no muy alta, se ocultaba
otra playa.
Cuando llegó el atardecer, el sol
fue escondiéndose por detrás de la pequeña montaña y el mar adoptó un relajante
color grisáceo con reflejos dorados. Y así fue como el paisaje comenzó a
dormirse poco a poco.
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