Teresa, 1º ESO B
Quizás pienses que hoy en
día la intolerancia es lejana. Es cierto que ahora se tolera a la gente de piel
oscura, hay igualdad entre mujeres y hombres y todos tenemos los mismos
derechos. Pero a pesar de que se inculcan los valores de la tolerancia y el
respeto, podemos seguir observando constantemente estos valores son ignorados.
Un ejemplo es el acoso
escolar, también conocido como bullying. El bullying es el acoso físico o
psicológico al que someten, de forma continuada, a un alumno sus compañeros. En
la mayoría de las ocasiones, este se produce por una diferencia entre los acosadores
y el acosado, ya sea de personalidad, de inteligencia, de físico… Es decir, por
la intolerancia de los agresores. En muchas ocasiones, el acosado se siente
afectado emocionalmente y puede llegar a sufrir depresión o incluso suicidarse;
y para entonces, es demasiado tarde como para darse cuenta de la gravedad de la
situación. Si se habla constantemente de esto, pero sigue habiendo muchos casos
de acoso escolar, puede ser porque el método en el que se educa sobre el
bullying debería modificarse en algunos aspectos.
Otro ejemplo de
intolerancia es la “orientaciónsexualfobia”. A pesar de que esto a veces suena
muy lejano, sigue existiendo. Esta suele estar ligada al bullying, pero hablo
de ella porque es una diferencia concreta. El hecho de que se excluya a alguien
porque su orientación sexual es distinta a la tuya es como excluir a alguien
por su color de piel; nació con ello y no lo puede cambiar. Algo que demuestra
que la “orientaciónsexualfobia” es más cercana de lo que parece es que muchos
chicos y chicas viven acomplejados porque, con algo que hagan que esté fuera de
los estándares de “heterosexual”, son considerados “mariquita” o “marimacho”.
Por ejemplo, en algunos casos, si un chico es sentimental, se le puede
considerar femenino a pesar de no serlo. Y tratar de insultar a alguien
llamándolo “mariquita” o “marimacho” es insultar a una orientación sexual
entera.
Por último, quiero
mencionar la “religiónfobia” y la “ateofobia”. En mi opinión, es increíble que
en pleno siglo XXI haya gente que no sepa que cada uno tiene sus creencias y es
feliz con ellas. Hay ateos que dicen que “la religión no respeta”; y también
hay creyentes que dicen que “los ateos no respetan”. Pero no se puede englobar
a todos los creyentes ni a todos los ateos al decir esas cosas, ya que hay
personas de todo tipo en todos lados; y mucho menos excluir a alguien por sus
creencias. Si cada uno se siente a gusto con lo que cree, ¿para qué discutir?
En resumen: las
diferencias son buenas, o al menos lo son para mí. El hecho de que cada persona
piense o sea de forma diferente es lo que nos ha hecho evolucionar como
especie. Por ello, creo hay que aprender a tolerar estas diferencias viéndolas
como algo bonito. Para finalizar me gustaría mencionar que, desde mi punto de
vista, para educar a un niño en cuanto a esto, habría que estimular la empatía,
haciéndolo sentir qué es vivir el rechazo por cómo eres, en un ambiente de
confianza más emocional.
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