Lucía, 2º ESO EF
Érase una vez, un hombre que vivía en un campo, en el que
además, cultivaba verduras. Se llamaba Ramiro y su sueño era tener un tigre
para domarlo, pero no podía, ya que no tenía mucho dinero y tampoco sabía cómo
adiestrarlo.
Un día mientras trabajaba, oyó a unos hombres hablar de
que en un lugar muy lejano había un tigre y quien lo capturara obtendría una
gran recompensa. Entonces, paró de trabajar y fue corriendo a hablar con el
rey. Ramiro le dijo al monarca que él capturaría al tigre, pero que se quedaría
con el animal si lo conseguía atrapar. El rey aceptó y le dijo que si no lo
conseguía, lo echaría del país. Así que, el hombre se puso manos a la obra y
fue a por el tigre. El camino por el que había oído que estaba, llegaba a un
desierto. Allí, encontró un caballo y se le ocurrió acercarse a él para
domarlo. Con esto, pretendía comprobar si era capaz de aprender a domar
animales. Lo consiguió y continuó su viaje con el caballo.
Cuando llegó a su destino, vio una casa encantada y se
suponía que si entraba allí con la llave que tenía, podría capturar a su tigre.
Al final, el señor Ramiro entró.
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