María F., 2º ESO C
Era una fría noche de diciembre, llovía a
cántaros y no había nadie por las calles de París. Una chica de 16 años llamada
Tamara dormía profundamente en su habitación, hasta que comenzó a soñar con
algo que cambiaría su vida. Ella se encontraba en un lugar muy alto, donde se
podía divisar todo París, pero no sabía qué lugar era exactamente pues la
imagen no estaba bien definida. De repente, se escucharon unos pasos y Tamara,
atemorizada, se dio la vuelta. Allí estaba un personaje misterioso al que no se
podía distinguir bien, pero a ella le resultó muy familiar. De repente todo se
volvió negro y Tamara despertó, sobresaltada, en su cama.
-Tranquila Tam, solo ha
sido un sueño- se dijo a si misma tratando de tranquilizarse.-
De repente, inconscientemente se puso en pie
y comenzó a caminar hasta la puerta de su casa, poseída. Tras diez minutos
caminando, llegó a los pies de la torre Eiffel. Subió por las escaleras y
volvió a ser ella, ya no estaba poseída, pero sí asustada. Divisó las vistas
que habían a su alrededor y definitivamente… Era el sitio del sueño. Y antes de
poder asimilar lo que estaba sucediendo, Tamara volvió a escuchar los pasos que
había escuchado minutos antes en su sueño. Allí estaba aquel chico vestido de
negro. Tamara se acercó a él para poder ver su rostro ya que la lluvia no se lo
permitía.
-No te acerques- Le
ordenó el joven-
-Vale, tranquilo-Ella
retrocedió pero poco después se abalanzó sobre él y pudo averiguar quién era
quedando asombrada.-
¡Aquel joven era su hermano! Andrés, que es
como se llamaba, abrió los brazos y de su pecho salió una luz muy potente que
hizo volar a Tamara por los aires. Antes de que cayera, Andrés la señaló y cesó
su caída manteniéndola flotando en el aire.
-Tienes dos opciones
hermanita, unirte a mí y ayudarme a destruir este mundo de hipócritas o morir,
aquí y ahora. Tienes 10 segundos para darme una respuesta-Le dijo sonriendo
falsamente.-
-Te has vuelto loco
Andrés, si todo esto es verdad y no es un sueño mi respuesta es no, te quiero,
pero prefiero morir antes que ayudarte.-Respondió Tamara con lágrimas en los
ojos.-
Andrés
la soltó, dejándola caer desde lo más alto de la torre Eiffel, pero de repente
un chico moreno de ojos castaños la cogió en brazos llevándola hasta el suelo.
Ella iba a preguntar que estaba sucediendo pero antes de abrir la boca,
Santiago, el chico, la interrumpió.
-Tranquila, hay mucho
tiempo por delante, esto es solo el comienzo-Dijo mirando al horizonte.-
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