Álvaro, 1º ESO B
Un día, mientras el pequeño Javier daba un agradable paseo por el prado, descubrió una bonita nuez de oro en un arbusto.
Justo cuando se iba a guardar la nuez en el bolsillo, alguien dijo detrás de él:
-Siento decirte que esa nuez es mía .
Al escuchar esas palabras , Javier se dio la vuelta para conocer, de quiÉn era la nuez . Cuando se giró, se topó con un duende que iba vestido con con vestimentas rojas y un gorro puntiagudo.
-Siento haberte asustado , Javier. Soy el Duendecillo del Campo y en cuanto me devuelvas mi nuez , dejaré de molestarte.
-Si es tuya, ¿de qué color es la nuez? Solo te la daré si aciertas el color, si fallas, aunque solo sea un color parecido, me la quedaré para mí y la usaré para ayudar a los necesitados.
-No hay problema, la nuez es de un color amarillo verdoso-dijo el duende.
Cuando Javier vio que era cierto, le devolvió la nuez muy triste.
-Te la doy-dijo el misterioso ser- ya que vas a hacer cosas buenas con ella. A partir de ahora, pídele un deseo y se hará realidad.
Sin saber qué hacer con esa nuez, Javier se encargó de darle comida y agua a los necesitados.
Desde entonces, en el pueblo en el que vivía hubo siempre alegría. Y Javier pasó a llamarse "Javier, el chico de la nuez".
Pero eso no es todo. Cuando el duende iba andando por el bosque, se encontró con un fantástico árbol de nueces doradas y entonces, se hizo rico. Se casó con una duendecilla muy bella y tuvieron un hijo llamado al que llamaron Javier.
Pero eso no es todo. Cuando el duende iba andando por el bosque, se encontró con un fantástico árbol de nueces doradas y entonces, se hizo rico. Se casó con una duendecilla muy bella y tuvieron un hijo llamado al que llamaron Javier.
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