El 12 de febrero de 1984 murió en París el escritor argentino Julio Cortázar, uno de los grandes de la literatura latinoamericana tanto por el peso de su creación como por su influencia en autores de ambos lados del Atlántico.

Es considerado uno de los autores más innovadores y originales de su tiempo, maestro del relato corto, la prosa poética y la narración breve en general, y creador de importantes novelas que inauguraron una nueva forma de hacer literatura en el mundo hispano, rompiendo los moldes clásicos mediante narraciones que escapan de la linealidad temporal. Debido a que los contenidos de su obra transitan en la frontera entre lo real y lo fantástico, suele ser puesto en relación con el realismo mágico e incluso con el surrealismo.
30 años sin el 'cronopio' grande
Los cronopios son personajes de una serie de cuentos del libro Historias de Cronopios y de Famas (1962) del escritor argentino Julio Cortázar.
"Un cronopio es un dibujo fuera del margen, un poema sin rimas", en palabras del autor. Junto con los famas y las esperanzas, integran el universo de este libro.
Julio Cortázar utilizó por primera vez la palabra cronopio en un artículo publicado en la revista "Buenos Aires Literaria" en 1952. Cortázar explicó después cómo el nombre cronopio se le había ocurrido por primera vez poco antes en el teatro, como resultado de una visión fantástica de pequeños globos verdes flotando alrededor en el semi-vacío teatro. Dejó en claro también que la palabra "cronopio" no tiene relación con el concepto del tiempo (prefijo: "crono"), sino que meramente la concibió en el acto. En sus relatos, Cortázar evita dar una descripción física precisa de los cronopios y se refiere a ellos sólo como "seres verdes y húmedos". Los relatos proporcionan claves acerca de la personalidad, los hábitos y las inclinaciones artísticas de los cronopios. En general, los cronopios son presentados como criaturas ingenuas, idealistas, desordenadas, sensibles y poco convencionales, en claro contraste con los famas, que son rígidos, organizados y sentenciosos; y las esperanzas: simples, indolentes, ignorantes y aburridas.
Su novela Rayuela cuenta con traducciones en 30 idiomas diferentes. En China aparecieron versiones en mandarín de la pluma del académico Fan Yan.

Rayuela es probablemente su obra más reconocida, escrita en 1963. La historia del protagonista, Horacio Oliveira, y su relación con "La Maga", es narrada de un modo tal que juega con la subjetividad del lector. A esta obra suele llamársela «antinovela», aunque el mismo Cortázar prefería denominarla «contranovela». La obra ofrece diferentes lecturas, de modo que es "un libro que es muchos libros", pero, sobre todo, dos. El primero se lee desde el principio y termina en el capítulo 56. El segundo se comienza a leer en el capítulo 73, y al final de cada capítulo se indica dónde continuar la lectura.
Otros títulos de Julio Cortázar son Bestiario, Queremos tanto a Glenda y Divertimento, entre otros muchos.
Citas que nos ha dejado en sus obras
«Yo creo que desde muy pequeño mi desdicha y mi dicha, al mismo tiempo, fue el no aceptar las cosas como me eran dadas. A mí no me bastaba con que me dijeran que eso era una mesa, o que la palabra madre era la palabra madre y ahí se acaba todo. Al contrario, en el objeto mesa y en la palabra madre empezaba para mí un itinerario misterioso que a veces llegaba a franquear y en el que a veces me estrellaba. En suma, desde pequeño, mi relación con las palabras, con la escritura, no se diferencia de mi relación con el mundo en general. Yo parezco haber nacido para no aceptar las cosas tal como me son dadas.»
Julio Cortázar.

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