El segundo día de nuestro viaje visitamos Venecia, una ciudad de ensueño, donde el agua de sus canales, las góndolas y callejas se mezclan con el romanticismo que esconde cada uno de sus rincones


Llegamos en vaporetto privado a la ciudad idílica de los canales. Allí, en la plaza de San Marcos, nos esperaba Cristina, nuestra guía turística durante aproximadamente dos horas y media.
El paseo a pie por esta ciudad única en el mundo nos trasladó a lugares mágicos e insólitos como la Torre del Reloj, el Palacio de los Dux o las pintorescas callejuelas que se confunden entre canales y góndolas.
Como nos contó Cristina, Venecia es un conjunto de 120 islas unidas a través de puentes, de ahí su espectacular panorámica que además nosotros pudimos disfrutar aún más gracias a nuestro vaporeto privado. Por otro lado, la ciudad ha sufrido inundaciones periódicas desde sus inicios. En primavera y en otoño suele subir el nivel del agua, por lo que es frecuente que la plaza de San Marcos se inunde hasta tal punto que las autoridades tienen que colocar pasarelas para que caminen los peatones. Así que no es de extrañar que los venecianos tengan siempre en casa unas buenas botas para el agua (…).
Pero si tuviéramos que dar una razón por la que es imprescindible viajar hasta este lugar de ensueño, sería que se trata de una ciudad única en el mundo, capaz de enamorar a todo aquel que se acerque a visitarla.
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